La Virgen de las Rocas (Leonardo Da Vinci,
1486)
La elaboración de este cuadro trajo muchos dolores de cabeza tanto a los religiosos que la habían pedido como al propio Leonardo, que en esa época era un treintañero con cierta fama en la ciudad de Milán. Ya había pintado la Adoración de los Magos (1481) para los frailes de San Donato, y el encargo de la Confraternidad sería un paso importante en su carrera como pintor. Sin embargo, este contrato se alargaría demasiados años y conllevaría muchos jaleos en concepto de pagos. En cualquier caso, lo interesante es que La Virgen de las Rocas, el cuadro que finalmente pintó para la Confraternidad de la Inmaculada Concepción, es una de estas obras con mensaje oculto. Se dice incluso que fue por sus peculiaridades que no gustó a los religiosos, y que por eso hubo Leonardo de hacer varias copias (una se guarda en el Louvre, otra en la National Gallery de Londres, y en el año 2005 se descubrió una tercera).
La última cena (Leonardo Da Vinci, 1497)
Es importante destacar que esta es una de las obras más reconocidas del pintor. He aquí les mostramos cada una de las versiones a fondo, para así mostrar el lado correcto del mismo.La última cena es un mural pintado en una pared del convento de Santa Maria delle Grazie, en Milán, por lo que no se puede mover. No es un cuadro, como muchos podrían tender a pensar. La última cena lleva pegada a esa pared más de quinientos años, y sin embargo ha dado la vuelta al mundo. Se cuentan por miles las representaciones, imitaciones, parodias y reproducciones de esta escena. ¿Por qué es tan famosa?
De manera superficial y simplista se puede centrar el análisis en el simple hecho que Leonardo está representando, que es, efectivamente, el episodio de la última cena de Jesucristo, acompañado por sus doce seguidores. Es una escena que ha sido reflejada en muchos cuadros a lo largo de la historia, sin embargo, en los gestos, miradas y movimientos de las figuras de la obra de Leonardo se ha visto mucha más profundidad y significado que en el resto. Tras muchos años de análisis y reflexión, todos los expertos y espectadores coinciden en que definitivamente el autor nos intentaba transmitir mucha más información que el simple hecho de que era la última cena de Jesús.
Situado en el centro de la escena, Jesucristo acaba de pronunciar su famosa frase: “Yo tenía gran deseo de comer esta pascua con vosotros antes de padecer. Porque os digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios, porque uno de vosotros me traicionará“. Se puede observar en el gesto y en la mirada de Jesús que el pobre hombre está triste y decepcionado. Acto seguido, tras decir esas duras palabras (“uno de vosotros me traicionará”), los doce discípulos que lo acompañan comienzan una aireada discusión entre gestos de indignación, enfado y asombro.
Que análisis tan interesante, toda mi vida creí que la última cena se trataba de un cuadro y no de un mural específicamente. Pero es bueno saberlo ahora, sobretodo me ha interesado mucho el tema de los enigmas que se mencionan, ya que realmente no había notado muchos como la idea de Pedro amenazando a María Magdalena.
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